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Poda

Cuándo podar las plantas de exterior

Hablamos acerca de las épocas de poda de las plantas de exterior en función del clima y del tipo de planta, tratando además algunos otros temas relacionados
Publicado: (última modificación 05 Dec 2019) Por Foto del autor Sígueme - ♻ Apoya mi causa

A la hora de decidir cuándo es el mejor momento del año para podar las diferentes plantas de exterior, hay que tener en cuenta el estado de cada planta y el clima del lugar.

Rosal trepador

En general es preferible podar todas las plantas cuando estas no están creciendo activamente pero justo antes de un periodo en el que lo van a hacer, de forma que se puedan recuperar rápidamente.

Por ejemplo, si se poda una planta en otoño y no va a brotar hasta la primavera, habrá que tener en cuenta que no va a poder reponer las partes eliminadas hasta entonces. Esas partes no deben ser imprescindibles para la subsistencia de la planta, como por ejemplo ramas muertas o enfermas, flores secas, etc.

Dicho esto, determinadas podas también se pueden realizar en época de crecimiento, pero estas siempre son muy ligeras o de partes poco importantes para la planta, como ramas secas, chupones, brotes, etc.

¿Pero cómo saber en qué momentos del año las diferentes plantas no están creciendo?, es decir, están en reposo. Pues esto dependerá del clima y del tipo de planta.

Por ejemplo, en climas en los que existe una estación fría ―el invierno―, la mayoría de las plantas suelen detener su actividad justo antes de que las temperaturas se desplomen, es decir, en otoño.

Además, si el clima tiene veranos muy calurosos y secos, es muy probable que las plantas tampoco estén activas durante los meses de más calor.

Pero también hay que tener el cuenta el tipo de planta del que se trate, ya que si se conoce a cual de los siguiente grupos pertenece, la tarea es más sencilla.


Plantas herbáceas

Son aquellas que no poseen madera, como por ejemplo el geranio o la begonia, pero también muchas otras.

Se dividen a su vez en anuales ―o bianuales― y vivaces.


Anuales

Aquellas que solo viven un año o dos como mucho, es decir, mueren cuando terminan su ciclo y tienen que sembrarse o plantarse de nuevo.

No son las más habituales en los jardines y apenas necesitan poda, puesto que van a perecer, pero en caso de tener que podarlas se puede hacer cuando su aspecto así lo pida.


Vivaces

Son aquellas que viven más de dos años a pesar de que no tienen tejidos leñosos, como es el caso de muchas de las flores y plantas bajas de los jardines.

Estas se deben podar al final del periodo frío y antes de que comiencen a brotar, si se pretende rejuvenecerlas y darles vigor, o bien en verano si es necesario corregir su forma, tamaño o quitar partes dañadas o secas.

Geranios en flor★★★CUÁNDO PODAR LOS GERANIOS

Los geranios son un ejemplo que se puede tomar como referencia para la poda de otras plantas herbáceas vivaces de exterior.



Plantas leñosas

Son los árboles y arbustos que abundan en cualquier jardín, y a que su vez se pueden diferenciar en dos grupos en función de si conservan o no las hojas en invierno.

Árbol podado★★★CUÁNDO PODAR LOS ÁRBOLES

En este artículo tratamos las épocas de los diferentes tipos de poda en distintos grupos de árboles.



Perennes

Aquellos que no pierden las hojas en otoño, como las coníferas (pinos, tuyas, cipreses, etc), acebos, laureles, bojes, camelias, lavandas y muchos más.

Son quizá el grupo más numeroso de plantas de jardín, puesto que al no perder las hojas tienen siempre un aspecto similar, permitiendo mantener el valor estético del entorno.

Salvo excepciones, estas deben podarse en primavera, una vez que pasa el riesgo de heladas, o en verano si es necesario recortar un crecimiento excesivo o retirar partes indeseables como flores o ramas secas.


Caducifolias

Las que pierden las hojas en otoño-invierno ―o en otras épocas del año―, y que por tanto entran en una parada de actividad que retoman llegada la primavera.

Muchos árboles y arbustos originarios de zonas templadas y frías son de este tipo. Robles, castaños, abedules, hayas, nogales, avellanos, etc.

Estos deben podarse en invierno, aprovechando que en esa época están reposando, y por tanto notarán menos los efectos de la poda.

Dicho esto y salvo casos concretos, conviene podarlos siempre hacia el final del periodo de reposo, para que pase menos tiempo entre la poda y el inicio del movimiento de savia. Esto facilita que las heridas se sellen cuanto antes y se reduzca el riesgo de infección.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.