Distancia entre plantas de tomate
Este es uno de los puntos más importantes a la hora de iniciar un cultivo de tomate, puesto que si no aborda correctamente, puede ser una de las causas principales de la incidencia de enfermedades, maduración tardía y escaso rendimiento.

Si la distancia entre plantas es insuficiente ―densidad muy alta―, es muy probable que la incidencia de enfermedades sea mayor debido a la baja aireación mientras que las plantas competirán entre ellas por la luz, el agua y los nutrientes, haciendo que el crecimiento sea más lento, la productividad más baja, los tomates serán más pequeños, madurarán más lentamente y tendrán un tamaño menos uniforme. Además, las labores propias del cultivo como el aporcado, poda o entutorado se harán más difíciles por falta de espacio entre las plantas para trabajar.
En cambio, si la distancia entre plantas es demasiado grande, el suelo quedará muy descubierto y, por tanto, crecerán más hierbas espontáneas y más rápido, al tiempo que se desaprovecha el espacio ―a menos que se asocie el cultivo de tomate con otros como la cebolla o la lechuga.
La distancia entre plantas deberá ser mayor en climas y épocas de cultivo húmedos, en los que la radiación solar es escasa. Sin embargo, en climas o épocas de cultivo secas y con gran insolación, las tomateras se pueden plantar más juntas ya que la luz no será un problema y las enfermedades tampoco ―debido a la baja humedad ambiental.
Pero veamos más detenidamente de qué depende que tengamos que dejar una u otra distancia entre tomateras, además de lo que acabamos de ver.
La variedad elegida
Las distintas variedades de tomate presentan diferentes características en cuanto a vigor, amplitud de la copa y densidad del follaje y, por tanto, antes de realizar la plantación habrá que tratar de averiguar la forma que tendrá y el espacio que ocupará cada planta.
En función de esto, se ajustarán las distancias para aprovechar al máximo el espacio pero permitir al mismo tiempo un adecuado desarrollo del cultivo.
Por poner algunos ejemplos, en el caso de la variedad Marmade VR, se recomienda un marco de plantación de 40x80, siendo de 60x100 para la variedad Raff y de 40x70 para los de tipo Cherry.
En cultivo al aire libre
En cultivos de tomate de mesa al aire libre, la distancia entre surcos varia entre 1.2 y 1.6 metros y la distancia entre plantas entre 30 y 50 cm, teniendo en cuenta las condiciones ambientales durante la temporada de cultivo.
La densidad de siembra en este caso sería de 1.4 a 1.6 plantas/m2.
En climas húmedos es preferible separar más las plantas para mejorar la aireación y reducir la incidencia de las tan temidas enfermedades fúngicas.
En invernadero
El tomate en invernadero se suele plantar de dos formas diferentes:
- En filas simples separadas de 1 a 1.4 m entre ellas y dejando entre 30 y 50 cm entre plantas.
-En hileras dobles separadas 50 o 60 cm entre ellas y 40-50 cm entre plantas de la misma hilera, dejando pasillos de 80 a 100 cm entre cada dos hileras.
Siguiendo esta disposición se alcanzan densidades de entre 2.2 y 2.5 plantas/m2.
Recomendación
Puesto que el cultivo del tomate es de los que más problemas sanitarios pueden padecer, especialmente en lo referente a enfermedades fúngicas ―muy favorecidas por la alta humedad y escasa aireación―, es muy recomendable utilizar distancias amplias entre plantas, al menos 50 cm ―mejor entre 80 cm y 1 metro― y, si es posible, plantar las hileras separadas al menos 1 metro.