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Fundamentos

Rotación de cultivos en la huerta: qué es y cómo funciona

En que consiste esta importante técnica que multiplica la productividad de los cultivos y mejora la salud de la tierra y de las plantas, cuáles son sus ventajas e inconvenientes, ejemplo práctico y esquema a todo color para realizar la rotación a 4 años en 4 parcelas
Publicado: (última modificación 27 Nov 2018) Por Foto del autor Sígueme

La rotación de cultivos consiste en cultivar un tipo de plantas diferente al que se cultivó la temporada anterior en la misma parcela de terreno, es decir, ir rotando de un año para otro lo que se cultiva en una parcela.

Parcelas huerto

Es un pilar básico de la agricultura ecológica y de la agricultura de conservación, junto con la asociación de cultivos y la cobertura permanente del suelo (acolchado o mulching), entre otros.

Aunque se hablará a continuación acerca de sus pros y sus contras, quizás la ventaja más importante de la rotación del cultivos sea la conservación de la fertilidad del suelo, evitando que ciertos nutrientes se agoten rápidamente. También contribuye a reducir el riesgo de erosión de los suelos, al mantener unos niveles constantes de materia orgánica en ellos, o incluso aumentarlos.


Ventajas e inconvenientes

La rotación de cultivos es una práctica muy favorable para la salud del suelo, para lograr buenas producciones año tras año y para reducir la importancia de algunos de los problemas clásicos de las hortalizas, como las plagas y enfermedades o las malas hierbas.

Mejora o conserva la fertilidad del suelo, evitando el consumo desequilibrado de ciertos nutrientes, e incluso aportándolos al suelo, y aumentando la actividad biológica, la responsable de que los nutrientes puedan ser asimilados por las plantas.

Reduce la incidencia de plagas y enfermedades, puesto que al cambiar el cultivo de lugar, estas lo tendrán más difícil para prosperar al no encontrar fácilmente a su huésped preferido.

Permite aprovechar mejor los nutrientes a distintas profundidades del suelo. Al rotar plantas de raíces cortas con otras de raíces largas, se logra explorar todo el perfil del suelo, haciendo un consumo equilibrado y homogéneo de los nutrientes.

Por la combinación de las ventajas anteriores, la rotación suele aumentar la productividad de los cultivos sin necesidad de mayores aportes de abono.

Hace más complicada la planificación del huerto porque obliga a respetar las parcelas y a esperar a que queden desocupadas para plantar un nuevo cultivo, en caso de que se cultive durante primavera-verano y otoño-invierno.


Cómo funciona

En lo referente a la rotación de cultivos, las hortalizas se suelen diferenciar por familias botánicas, por la parte aprovechable, por la extensión de sus raíces y, a veces, por el tipo de plagas y enfermedades que les afectan.

Esta diferenciación no es al azar, tiene sus motivos. Las plantas de una misma familia suelen demandar los nutrientes del suelo en una proporción similar, tendiendo a agotar unos frente a otros, es decir, a desequilibrar la fertilidad de una forma particular.

Algo parecido ocurre respecto de la parte comestible de las hortalizas. Si se trata de una raíz, al cosecharla se estará extrayendo del suelo una determinada cantidad y proporción de nutrientes, que será distinta cuando lo que se cosecha son hojas o frutos. Esto es así porque en cada parte de las plantas tienden a concentrarse más unos nutrientes que otros.

Ajos surcos

En cuanto a la extensión de las raíces, es fácil entender que si siempre se cultivan plantas de raíz superficial, por ejemplo, la capa superior del suelo se irá empobreciendo poco a poco en ciertos nutrientes, que quizás no sean repuestos convenientemente con el abonado. En cambio, alternando cultivos que extraen nutrientes a diferentes profundidades, se irán compensando los desequilibrios. Las plantas de raíz profunda capturan nutrientes en la capas inferiores del suelo y cuando estas mueren y se descomponen, una parte de esos elementos quedan ahora cerca de la superficie, siempre que se tenga la buena costumbre de compostar los residuos vegetales que produce el huerto.

Y por último, en lo referente a las plagas y enfermedades, aunque ya no tiene que ver con la fertilidad, tiene igualmente mucho sentido rotar aquellos cultivos que poseen diferentes enemigos. Si siempre se cultivara lo mismo en una parcela, las plagas o enfermedades que atacan con preferencia a ese cultivo, tendrían alimento casi de forma continuada. Les sería mucho más fácil reproducirse y aumentar su población, lo que en poco tiempo daría lugar a una infestación de la parcela, algo que dificultaría mucho el cultivo posterior. Por otro lado, haciendo eso se estaría contribuyendo a expandir las plagas y enfermedades a parcelas vecinas.

Pues bien, si se realiza correctamente la rotación de cultivos, se procurará que no se sucedan en la misma parcela dos cultivos que pertenezcan a la misma familia, cuya parte aprovechable sea la misma, que tengan un sistema radicular similar o que sean afectados por las misma plagas y enfermedades.

Esto supone que en un huerto en el que se cultiven muchas hortalizas diferentes, la planificación pueda ser bastante compleja, especialmente si no se tiene muy claro en qué consiste la rotación de cultivos y sus beneficios. Una forma de simplificarlo consiste en tener en cuenta solo los cultivos principales, es decir, aquellos que ocupan más espacio de nuestro huerto.


Ejemplo de una rotación de cultivos

Imagínese que los cultivos principales del huerto son: las solanáceas (tomate, pimiento, berenjena, etc), las cucurbitáceas (calabacín, calabaza, pepino, etc.), las leguminosas (guisantes, judías...), las liliáceas (puerro, ajo, cebolla..) y las crucíferas (col, repollo, coliflor...)

Como ya se dijo más arriba, dentro de cada una de esas familias, las plantas suelen tener necesidades similares, un sistema radicular parecido, plagas y enfermedades comunes y, en muchos casos, la misma parte aprovechable.

Una forma sencilla de realizar la rotación sería intercalando en el tiempo las distintas familias, pero tratando a su vez de que las plantas menos exigentes en nutrientes sucedan a las más exigentes, en una misma parcela del huerto.

● El primer año se comienza plantando en la parcela (bien abonada) las solanáceas, por ejemplo tomates, o las cucurbitáceas (calabacines, pepinos, etc) Ambas familias son muy exigentes en nutrientes.

● Al año siguiente se cultivarán en el mismo lugar hortalizas de raíz, como las zanahorias, los ajos o las cebollas (umbelíferas y liliáceas), que no requerirán de un nuevo abonado.

● Al tercer año llega el turno de las leguminosas, que tampoco necesitan de un suelo muy nutrido y que además ayudarán a recuperar la fertilidad (fijadoras de nitrógeno) tras el cultivo exigente.

● Y al cuarto año se cultivan en la parcela basicáceas, es decir, hortalizas de la familia de las coles, que aprovecharán muy bien el nitrógeno fijado en el suelo por las leguminosas. Además son plantas de potentes raíces que airearán la tierra y captarán nutrientes de capas profundas.

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Esquema de rotación de cultivos

Para hacerlo más fácil, es muy útil elaborar un esquema que muestre los grupos de plantas a cultivar, las parcelas en las que se dividirá el huerto y los años sucesivos.

Hay que tener en cuenta que el número de parcelas determinará el número de grupos de hortalizas, o viceversa. Si solo se pueden rotar tres parcelas, entonces habrá que agrupar las plantas en tres grupos, por ejemplo juntando las leguminosas con las hortalizas de raíz y bulbo. Para hacer esta agrupación en una misma parcela conviene tener en cuenta los principios de la asociación de cultivos.

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El siguiente esquema, elaborado por nuestro equipo, muestra una rotación de 4 años y con 4 parcelas. Se lee de izquierda a derecha, de la siguiente forma. En el primer año, en la parcela 1 se plantan solanáceas o cucurbitáceas, en la 2 liliáceas o raíces, en la 3 leguminosas y en la 4 brasicáceas u otras hortalizas de hoja.

Como puede apreciarse, al siguiente año, lo que había en la parcela 2 pasará a estar en la 1, lo de la 3 en la dos, lo de la 4 en la 3 y lo de la 1 en la 4. Se mueven hacia atrás salvo lo de la 1, que como no puede hacerlo pasa a la 4. Este es un truco sencillo para recordar el orden sin necesidad de mirar el esquema.

Pasados 4 años, al quinto se reinicia la rotación, volviendo a repetirse los cultivos en las parcelas en las que comenzaron en el primer año, es decir, el quinto año la distribución sería equivalente a la del primero.

Esquema rotacion cultivos huerto.webp

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.