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Acebo

Cuidados del acebo

El acebo es un árbol rústico que puede crecer sin cuidados en algunos climas, pero en otros menos apropiados necesita algunas atenciones de las cuales hablaremos en este artículo
Publicado: (última modificación 26 Sep 2019) Por Foto del autor Sígueme - ♻ Apoya mi causa
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Aquellos afortunados que vivan en una región en la que los acebos crezcan de forma natural en el monte, seguramente no necesiten aplicar ningún cuidado especial para tener un bonito ejemplar de este árbol en su jardín, ya que las condiciones ambientales seguramente sean ideales.

Acebo con bolas rojas

Si cerca de casa existen acebos silvestres, seguramente el que está en el huerto o jardín crecerá sano y hermoso, pero también puede ocurrir que esto no sea así, por una mala ubicación, suelo inapropiado, excesiva competencia, etc.

A continuación veremos todos estos detalles, tanto para acebos plantados en maceta como para los que crecen en el suelo.


Exposición adecuada

Acebo con frutos rojos

En climas templados y fríos no tiene demasiada importancia, mientras que en los calurosos y secos, entonces sí hay que plantar el acebo en sombra parcial o total, ya que el sol es muy dañino para los árboles jóvenes, e incluso los adultos no se desarrollan bien en emplazamientos demasiado soleados y calurosos.

Esto cobra especial importancia si además el suelo es poco profundo o tiende a secarse con facilidad, o si se dan vientos secos y frecuentes en la zona.

Sin embargo, el acebo resiste sin problemas temperaturas bajo cero, incluso hasta -20℃, por lo que en este sentido no habrá que darle cuidados especiales que sí demandan otros árboles.

Para terminar este apartado, decir que el acebo prefiere los algo ácidos, aunque también soporta los ligeramente alcalinos, por lo que resulta conveniente el aporte de materia orgánica ―es ácida― al terreno en aquellos lugares en los que el suelo sea demasiado alcalino.

En caso de que se tenga un acebo en maceta, se puede tener tanto dentro como fuera de casa. Si está en un porche o balcón, mejor si recibe algo de sombra, y si está dentro de casa, mejor alejado de los radiadores y en zona con buena luz natural.


Riego

La humedad es un factor muy importante para el acebo, por lo que todos aquellos cuidados encaminados a mantener el suelo húmedo y un ambiente fresco a su alrededor serán muy agradecidos por la planta.

Aquí es dónde entra en juego el riego, ya que habrá que recurrir a él si no llueve lo suficiente a lo largo del año, y especialmente en verano, cuando hace más calor y el suelo se seca más rápido.

El riego del acebo debe ser frecuente pero poco intenso, de forma que se garantice un suelo siempre húmedo pero no encharcado, puesto que el exceso de agua también le resulta perjudicial.

Junto con el control de las plantas competidoras, el riego es el otro cuidado básico del acebo en verano, dejando todos los demás para otros momentos del año.

Este un un cuidado crucial para acebos en maceta, que al tener un reducido volumen de tierra, pierden agua con mucha facilidad. Hay que asegurarse también de que el sustrato es de calidad, y ácido.

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Fertilización

El acebo no es muy exigente en cuanto a la fertilidad de la tierra, pudiendo desarrollarse bien en suelos pobres en nutrientes, si bien su vigor se verá muy influenciado por esto.

En suelos fértiles puede no ser necesario abonarlo, o hacerlo muy poco, mientras que en los demás sí conviene aplicar al menos una dosis anual de un abono equilibrado., como el compost o el humus de lombriz.

Son preferibles los abonos orgánicos muy maduros, ya que además de contener todos los nutrientes, mejoran el procentaje de materia orgánica del suelo, y relacionado con esto, la importante retención de agua.

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La mejor época para abonar el acebo es el invierno, o incluso desde finales del otoño hasta principios de primavera, pero siempre antes de que el árbol comience a brotar.



Control de adventicias

En su ambiente natural, el acebo puede formar bosquetes muy densos o aparecer ejemplares aislados en medio de bosques de robles, hayas, etc.

En ambos casos, al crecer en el sotobosque, la escasez de luz y la capa de hojarasca son importantes, y ambas cosas suelen impedir o limitar el desarrollo de malas hierbas alrededor de los acebos.

Sin embargo, cuando el acebo se poda en forma de árbol de tronco alto, y está plantado en medio del césped, éste puede suponer una importante competencia para la planta.

En ese caso, un cuidado básico consiste en cavar superficialmente el área de suelo que queda bajo su copa, para eliminar la vegetación, y posteriormente cubrir la zona con una capa de acolchado orgánico, simulando la capa de hojas del bosque.

El acolchado retrasará la aparición de adventicias, pero tarde o temprano terminarán saliendo, por lo que habrá que repetir de nuevo la operación. Además, el aporte de materia orgánica ayudará a mantener un suelo ácido, precisamente el que necesita el acebo.


Plagas

Tiene algunas típicas, como el pulgón, pero en general no representan ninguna amenaza seria para el árbol, aunque sí pueden estropear un poco su estética o frenar su desarrollo.


Pulgón

Los brotes tiernos que el acebo emite en primavera suelen ser muy apetecidos por el pulgón, que los coloniza rápidamente y comienza a succionar la savia de estos, haciendo que se debiliten, que las hojas se curven y el crecimiento se ralentice.

Es importante estar atentos a la aparición de los primeros pulgones ―las hormigas subiendo por el tronco suelen delatar su presencia―, y pulverizarlos con una solución de agua jabonosa, o si se quiere, productos específicos respetuosos con el medio ambiente.


Aves

Los frutos del acebo son un auténtico "manjar" para muchos pájaros que en pleno invierno no encuentran nada mejor que llevarse a la boca.

Mientras los frutos están frescos no suelen gustarles por su sabor desagradable (son tóxicos para las personas), pero una vez que se ablandan, los comen de buen gusto.

Gracias principalmente a sus frutos, el acebo desempeña una importante labor ecológica, facilitando que las aves pasen mejor el invierno.

Por todo ello no conviene cubrir el árbol para proteger los frutos de los pájaros. Hasta que estén próximos a caerse no se los comerán, así que no peligra el valor ornamental del acebo durante la Navidad ni hasta bien entrado el invierno.


Mamíferos

Algunos animales ramoneadores como las cabras, corzos o ciervos, pueden arrancar la corteza tierna del acebo y consumirla, causando verdaderos estragos.

Roedores como los conejos también pueden alimentarse de las partes blandas de los jóvenes acebos, mientras que muchos pájaros son consumidores habituales de sus frutos.

Por todo esto, es conveniente colocar una red alrededor del acebo mientras este no alcanza el tamaño y dureza suficientes como para que deje de ser apetecible.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.