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Épocas de siembra del ajo según el clima

En función del clima y de la futura conservación del ajo, de la fase lunar, del estado del suelo o tempero, de las necesidades del cultivo para que se alcance un buen desarrollo y por tanto bulbos de calidad
Publicado: (última modificación 27 Nov 2018) Por Foto del autor Sígueme - ♻ Apoya mi causa
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Para comenzar, hay que aclarar que se pueden plantar para ajos para consumo en tierno (como ajetes), en cualquier mes del año. Sin embargo cuando se desea que produzcan un bulbo del mayor tamaño posible, darán una muy mala cosecha si no se siembran en la época correcta para cada lugar.

Diente ajo raiz brote

Es algo muy habitual, sobre todo en zonas que no son ideales para el cultivo del ajo, que la planta parezca darse bien, pero a la hora de recoger las cabezas, resulta que son demasiado pequeñas.

Se trata de un cultivo que requiere de un clima fresco en sus primeras etapas, para desarrollar las hojas y acumular reservas en ellas; y tiempo cálido en la fase final, en la que se trasfieren los nutrientes desde las hojas al bulbo.

A grandes rasgos es esto, pero a continuación se explicará más en detalle cómo acertar con el momento idóneo de siembra en diferentes climas.

Fechas de siembra según el clima

Ajos en campo

En general, los ajos plantados en otoño producirán bulbos mejores y más grandes, a menos que se den otras circunstancias que resulten desfavorables, como encharcamiento del suelo.

El refranero dice aproximadamente lo siguiente: "Por cada día de enero, ajo que pierde el ajero". Este refrán tiene diferentes variantes, pero todas vienen a decir lo mismo: hay que sembrar los ajos o antes del mes de enero, por ejemplo en diciembre, o en enero, pero cuanto más pronto mejor.

También se pueden sembrar en primavera con buenos resultados, pero no es lo habitual. Si no se han podido plantar en otoño-invierno, la primavera temprana es la última opción, pero darán buena cosecha solo si la primavera es larga y fresca.

Otra cosa que hay que saber, es que el diente de ajo necesita pasar un periodo frío de entre 7 y 10 °C para brotar con fuerza.

En climas cálidos se pueden almacenar refrigerados durante unas tres semanas antes de sembrarlos. De esta manera se activa el desarrollo de la nueva planta cuando el diente se plante en la tierra.

En climas muy fríos, hay que sembrar los ajos, como muy tarde, tres semanas después de la primera helada, y antes de que el suelo se congele.

En zonas de clima mediterráneo, o subtropical, con veranos calurosos y secos e inviernos suaves, los mejores meses para sembrarlos son enero-febrero.

El climas templados los ajos se siembran en otoño-invierno, pasada la época más cálida del año. De octubre a enero en el hemisferio norte y de abril a julio en el hemisferio sur.

En muchas zonas de clima continental del hemisferio Norte se siembran a mediados de diciembre. Nosotros así lo hacemos.

Siembra según el tempero o sazón de la tierra

Terreno huerto preparado

Como saben los horticultores expertos, la tierra tiene que tener un determinado grado de humedad, y por tanto una cierta estructura y consistencia, a la hora de ser trabajada, especialmente si el laboreo se hace con maquinaria.

Cuando la tierra tiene una consistencia adecuada, se dice que tiene tempero o sazón, y por tanto, está en óptimas condiciones para cavarla y/o para sembrar o plantar lo que sea.

Esto es aplicable también, y especialmente, a la siembra del ajo, puesto que por hacerse en los meses de otoño-invierno, es más probable que haya habido lluvias y que la tierra se encuentre demasiado húmeda para sembrarlos. Si no se espera a que deje de llover y se alcance el tempero, los ajos plantados pueden pudrirse antes de nacer, debido al exceso de humedad. Si tardan demasiado en brotar (ver enlace anterior sobre tiempo de germinación), es muy posible que se hayan echado a perder y sea necesario replantarlos.

En climas de otoños e inviernos lluviosos, conviene tener la tierra preparada con antelación, por ejemplo a finales del verano, así será más fácil encontrar un momento para plantar los ajos. Apenas habrá que mover la tierra para hacerlo, y aunque no tenga un tempero ideal, es preferible hacerlo así que esperar demasiado y que se pasen las fechas de siembra.

Cómo determinar el tempero

Existen muchas formas para determinar el tempero de la tierra y cada cuál tendrá la suya. Las dos siguientes técnicas son muy fáciles de aplicar:

✦ La primera consiste en tomar un puñado de tierra y apretarlo en la mano. Si chorrea agua, se ve un brillo acuoso en la superficie o se queda la mano manchada de barro, está demasiado húmeda. Si se deshace por completo al abrir la mano o sale polvo, entonces está demasiado seca. En cambio, si mantiene una cierta forma pero se deshace cuando se presiona con el dedo, tiene un correcto grado de humedad para sembrar. Está en tempero.

✦ La otra técnica consiste en tomar una herramienta, por ejemplo una azada, y cavar un poco en la tierra. Si se queda pegada la tierra en la herramienta, está demasiado húmeda. Si está muy dura o sale polvo en toda la profundidad cavada, está demasiado seca. En cambio, si al cavar no se pega en la herramienta y forma terrones que al golpearlos se deshacen (si está muy suelta puede que no forme terrones) entonces hay tempero para sembrar los ajos o lo que se quiera.

Una regla mnemotécnica para recordar las fechas de siembra

En muchas zonas de España, y seguramente de otros países del hemisferio Norte con clima similar, existe la tradición hortícola de plantar o sembrar los ajos por Santa Lucía, que es el día 13 de diciembre.

Como se dijo al inicio de este artículo, el refranero también puede servir para recordar la época de plantación: «Por cada día de enero, ajo que pierde el ajero»

Obviamente esto es solo una manera de recordar la fecha aproximada, puesto que si el estado de la tierra o el tiempo no son propicios, habrá que adelantar o retrasar la siembra.

Siembra según la fase lunar

En cuanto a las fases lunares, parece ser que la siembra en menguante es la más propicia para el ajo, al igual que para las demás hortalizas de las que se consume la parte subterránea.

Aunque es tradición y últimamente se ha puesto de nuevo de moda, hay que recordar que la fase lunar en la que se siembre tiene mucha menos importancia que otros factores, como la fecha, el tempero, la preparación de la tierra, el estado de la simiente, etc.

Por tanto, si se puede hacer coincidir el mejor momento para la siembra con el cuarto menguante, pues mejor, pero si no es posible tampoco pasará nada relevante. Si todo va bien, se cosecharán buenos ajos igualmente.


Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.