Cuándo TRASPLANTAR un árbol

A la hora de cambiar un árbol de lugar, ya sea por que estorba donde se encuentra, por estética o porque se compra en un vivero y se debe plantar en el huerto o jardín, es muy importante considerar la época del año para hacerlo con las mayores garantías posibles.

Si tu árbol crece en maceta y quieres saber cuándo debes trasplantarlo a otra más grande, tienes la información al final.

Esto es así para los árboles que se trasplantan a raíz desnuda, es decir, que se arrancan de un lugar para plantarlos en otro.

Para el caso de árboles con cepellón ―que se encontraban creciendo en una maceta― el momento del año en el que se realice el trasplante es prácticamente indiferente, salvo que las condiciones sean demasiado duras.

Esta diferencia se debe a que, en el primer caso, el árbol pierde gran parte de sus raíces en el momento de ser arrancado ―especialmente las más finas, que son las realmente importantes― y surge un desequilibrio entre la copa y la raíz.

Si no se tiene en cuenta ese desequilibrio, basta con unos días de tiempo seco y soleado para que el árbol se marchite, al perder más agua por las hojas de la que puede reponer a través de las raíces.

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Importancia de la época

En realidad, es posible trasplantar un árbol a raíz desnuda en cualquier momento del año y que el proceso salga bien, pero se corren menos riesgos, y habrá que tomar menos medidas si se hace en el momento adecuado.

¿Y cuál es ese momento? Pues eso es lo que vamos a ver en este artículo.

La época influye en el trasplante principalmente mediante estos dos factores que veremos a continuación, aunque el segundo depende del primero.

Condiciones ambientales

El tiempo fresco y húmedo, con escasa insolación, es ideal para la realización de trasplantes, por lo que ya se explicó en la introducción: la pérdida de agua por transpiración debe estar equilibrada con la absorción a través de las raíces.

Es obvio que este requisito es más sencillo de cumplir si el tiempo es húmedo y fresco, ya que la evaporación será menor.

También se deben tener en cuenta los vientos secos, puesto que ―al igual que el sol― aumentan mucho la transpiración de las hojas.

Evitar realizar trasplantes durante los meses más secos y soleados del año, el riesgo de pérdida del árbol es mucho mayor.

Estado del árbol

En este punto hay que tener en cuenta cuándo el árbol entra en reposo vegetativo o al menos reduce su actividad.

En el caso de las especies caducifolias es sencillo: desde que pierde las hojas hasta que las recupera, está más o menos en reposo.

Para el resto ―los de hoja perenne― aunque están activos durante todo el año, en los meses de invierno y en los más cálidos del verano apenas tienen actividad.

Mejor época para el trasplante

En base a lo explicado anteriormente, estamos en condiciones de dar unas fechas óptimas para realizar el trasplante de árboles a raíz desnuda en la mayoría de los climas.

✦ Realizar el trasplante de los árboles de hoja caduca cuando las hayan perdido y antes de que las recuperen de nuevo.

Son preferibles los trasplantes tempranos, de finales de otoño a mediados del invierno, antes de que las raíces del árbol comiencen de nuevo a crecer, cosa que suele ocurrir algún tiempo antes de que salgan las hojas en primavera.

Si no es posible, se debe reducir la copa mediante poda, proporcionar algo de sombra y cubrir la copa con un plástico para crear un ambiente más húmedo.

Aprovechar también los periodos de lluvias, ya que la humedad ambiental será más alta, y además la tierra permanecerá húmeda favoreciendo que las raíces arraiguen más rápido.

✦ Para el resto de árboles, trasplantar desde finales del verano hasta comienzos de la primavera, evitando la época de mayor crecimiento de la parte aérea, que suele ser a mediados de primavera y el tiempo seco y soleado del verano.

Cuándo trasplantar un árbol en maceta

El caso de los árboles con cepellón, es decir, cuyas raíces están incluidas en un bloque de tierra que las mantiene hidratadas, todo esto dentro de una maceta, tiesto, bolsa, etc, el trasplante suele ser menos delicado pero más necesario.

Es menos delicado que cuándo se trabaja a raíz desnuda, obviamente porque el árbol no pierde en ningún momento el contacto con la tierra. Podría decirse que para él no ha habido trasplante. Sin embargo suele ser una operación muy necesaria en árboles que se encuentran en crecimiento, es decir, que son aún jóvenes, y que están plantados en un recipiente que ya ha sido completamente colonizado por las raíces.

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Necesidad de nutrientes

Como ya se ha dicho, los árboles en maceta que aún no hayan alcanzado su tamaño adulto o cuando tienen elevadas necesidades de nutrientes, por ejemplo porque dan frutos o flores, suelen agotar la fertilidad del sustrato rápidamente.

Este agotamiento, aunque se podría salvar añadiendo abonos líquidos al sustrato, suele suponer un trasplante a un recipiente más grande y con renovación de parte del sustrato.

¿Y por qué no aportar abono líquido y olvidarse del trasplante? Pues por lo que sigue aquí abajo.

Necesidad de espacio

Las raíces de un árbol que crece en maceta suelen colonizar todo el sustrato con rapidez, llegando incluso a dar la impresión de que el cepellón son todo raíces. En esta situación, comienzan a girar alrededor de la maceta siguiendo la pared de esta, amontonándose y enredándose entre ellas. Por si esto no fuera suficiente motivo, además, al acumularse contra las paredes de la maceta buscando expandirse, precisamente van a la zona menos indicada. Cuando el sustrato se seca en exceso, entre este y la maceta aparece una grieta que deja esas raíces externas al aire. Nada bueno para la planta.

Tanto por la falta de nutrientes como de espacio, si no se realizara el trasplante, el árbol crecería más lentamente o dejaría de hacerlo. A veces este es el signo más claro de que necesita un trasplante. No hay brotes y parece envejecido.

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Época

Ya se ha mencionado más arriba de pasada. Un árbol en maceta se podría trasplantar en cualquier momento del año, siempre evitando condiciones extremas de calor o frío, pero lo ideal es hacerlo justo antes de la época de mayor crecimiento, que normalmente suele ser la primavera.

En resumidas cuentas, trasplantar a finales del invierno o comienzos de la primavera tendrá un efecto vigorizante para el árbol.