Abonos caseros para fresas en macetas

Las fresas o frutillas son plantas muy deseadas en el mundo de la jardinería y horticultura familiares o domésticas. Ocupan poco espacio, se desarrollan bien en macetas, son fáciles de cuidar, existen muchas variedades y, eligiendo las adecuadas, producen sabrosos y saludables frutos durante muchos meses al año.

Pero no todo es "color de rosa" en esta historia, puesto que se trata de plantas que consumen y demandan muchos nutrientes para mantenerse vigorosas, sanas y productivas. El nutriente que más necesitan es el nitrógeno, que les permite producir una gran cantidad de hojas, y que luego estas son las encargadas de alimentar los frutos.

Pues bien, si se cultivan en la tierra del huerto o del jardín, es sencillo abonarlas. Simplemente hay que mezclar, a principios de la primavera, abono orgánico con el suelo. La mayoría de los estiércoles maduros y compost, son buenos para esto.

Sin embargo, en el caso de las fresas que se cultivan en contenedores, el sustrato es escaso y sus nutrientes se agotan con rapidez. Esto obliga a realizar fertilizaciones regulares durante la temporada, y para ello se necesitan abonos fáciles de aplicar y baratos, o incluso gratuitos. A continuación se muestran los mejores, a nuestro juicio.

Borra o posos del café

Lo que queda dentro de la cafetera cuando se termina el café. Esos residuos con aspecto de tierra, son en realidad materia orgánica pura y muy rica en nutrientes. Además tienen un pH ácido, justo como le gusta el suelo a la fresa.

Para utilizar este abono, es conveniente comprar café lo más natural posible, a poder ser ecológico. Esto asegura que no habrá pesticidas en la borra, y que esas sustancias no acaben en las fresas que luego se van a comer.

Una vez que se tiene el café, si está en grano hay que molerlo, y si ya está molido, solo hay que meterlo en la cafetera como de costumbre y hacer café. Luego se saca la borra y se deja secar al sol. Para terminar, solo queda mezclarla con el sustrato en el momento del trasplante, o bien extenderla por encima de la maceta una vez cada dos meses. La dosis no es importante. Se puede aplicar cuanto necesiten las fresas, siempre que el sustrato no sea ya muy ácido.

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Compost

Este abono es en realidad uno de los más populares y accesibles, ya que se puede preparar en casa a partir de casi cualquier resto vegetal.

El compost no es otra cosa que diferentes restos vegetales que se han apilado hasta que se han descompuesto.

Es importante que el compost esté maduro, porque si no lo está, puede ser más dañino que beneficioso.

Si está bien preparado, es un abono muy completo, rico en nitrógeno y con todos los nutrientes que necesitan las fresas, pero sobre todo en materia orgánica.

Se aplica mezclado con el sustrato a partes iguales, o bien sobre la tierra de la maceta, pero con suficiente antelación para dar tiempo a que se mineralice y las fresas puedan comenzar a utilizar sus nutrientes.

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Humus de lombriz

El humus de lombriz es el abono más popular de horticultura urbana moderna, porque es difícil de producir en grandes cantidades, pero si es más factible para un pequeño huerto urbano en macetas.

Al igual que en el caso del compost, este material se forma a partir de restos vegetales, normalmente desperdicios generados en la cocina, como pieles de frutas, partes no comestibles de verduras y hortalizas, cáscaras de frutos secos no salados, papel no contaminado, etc.

Pero a diferencia del compost, en el humus de lombriz los protagonistas no son solo los microorganismos, sino las lombrices rojas californianas, que en realidad son europeas. Estos animales se añaden al vermicompostador junto con los restos vegetales, y se dejan que trabajen, vigilando solo que la humedad y la temperatura se mantengan altas y estables.

Las lombrices se alimentan de los restos vegetales en descomposición, y expulsan excrementos, que en realidad son el apreciado humus. Este abono tiene una gran concentración de nutrientes y es muy equilibrado y estable. Ideal para abonar las fresas y casi cualquier otra planta que crezca en maceta. Al igual que con el compost, se puede mezclar con el sustrato en el momento del trasplante, o añadir por encima de la maceta a lo largo de la temporada.

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