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Autosuficiencia

Cómo hacer un semillero casero

Te mostramos un montón de alternativas para hacer un semillero casero con cosas cotidianas, desde los más sencillos hasta un semillero que te durará toda la vida si lo tratas bien
Publicado: (última modificación 07 Feb 2019) Por Foto del autor Sígueme - ♻ Apoya mi causa

Hace años que siembro plantas en semillero, y a lo largo de todo este tiempo, hice muchas pruebas: diferentes sustratos, recipientes o macetas, bandejas, etc.

Molde semillero

La mayor parte de esas experiencias no salieron como esperaba, pero me sirvieron para aprender cómo hacer semilleros caseros de distintos materiales, formas y calidades.

Así que hoy te contaré cómo puedes fabricar tus propios semilleros ―mejor dicho recipientes o bandejas para semillero―, con materiales comunes que quizás no necesites comprar, pero que de todas formas son muy económicos.

Los primeros que encontrarás son los más sencillos y menos duraderos, y a medida que bajes podrás ver los más complicados de elaborar pero más profesionales y duraderos.


Semilleros biodegradables

Son aquellos que se pueden enterrar junto con la planta y que terminarán por descomponerse en el suelo.


De papel

Semillero de papel➽ Semilleros hechos con papel de folio.

Son quizá los semilleros caseros más populares pero tienen muy poca duración.

En ambientes húmedos ―o si hay cochinillas de la humedad cerca― se degradan en poco tiempo dejando escapar la tierra.

Para hacerlos solo tienes que encontrar papel usado que no tenga tintas tóxicas y enrollarlo sobre un tubo del diámetro que prefieras. En la parte de abajo es necesario arrugar el papel sobrante y empujarlo hacia el interior del tubo, para que no se deshaga.

Yo los hice con papel de folio enrollado en varias capas pero no aguantaron el tiempo necesario y la tierra terminó desparramada por el suelo. Solo te los recomiendo para plantas que van a estar poco tiempo en el semillero: lechugas, coles, etc.



De cartón

Cartón del papel higiénico

★★ Más resistentes que los anteriores pero igualmente degradables y fáciles de hacer.

Puedes hacerlos con el tubo que hay dentro de cada rollo de papel higiénico ―bastante blando― o con los que encontrarás en las bobinas de film de cocina, papel de aluminio, papel de horno, etc.

El cartón del papel higiénico puede darte una o dos macetas, según lo cortes por la mitad o no. Con los del film, etc. podrás hacer más cantidad cortándolo en trozos de 3 o 4 cm.

Cuanto más duro sea el cartón más complicado te resultará cerrar el fondo de cada macetita. Incluso tendrás que hacerle unos cortes verticales para poder doblar el cartón hacia dentro, o mejor lo que te cuento a continuación.

Si te quieres complicar un poco más, puedes recortar unos discos de otro cartón plano cuyo diámetro coincida con el de cada cilindro. Luego los pegas con cola blanca en el fondo de cada cilindro y obtendrás unas bonitas macetas de cartón. No te preocupes por la cola, en tan pequeñas cantidades no tendrá ningún efecto en las plantas ni en el suelo.


Semilleros con envases

Para hacer este tipo de semilleros no tendrás que trabaja casi nada. Quizás solo realizar algún corte si es necesario, y los imprescindibles orificios en la base para el drenaje del agua.

Si con casero te refieres a "artesanal", estos que siguen no tienen nada de eso, pero sí los de más abajo.


Tetrabricks

★★ Los tienes de muchos tamaños. Los grandes te pueden servir como semillero colectivo, mientras que los pequeños ―de zumitos y otras bebidas― puedes utilizarlos para plantas individuales: tomates, pimientos, berenjenas, etc.

Duran más que los de papel y cartón pero no suelen aguantar de un año para otro. Con la humedad se desprenden las capas que lo conforman.

Tienen una desventaja que comparten con los de papel: como no son rígidos suele formarse una grieta entre el sustrato y las paredes, por donde se escapa el agua de riego y entra el aire.


Vasos de plástico

★★★ Son una buena opción si vas a sembrar pocas plantas de cada vez.

Duran varios años, y los hay de muchos tamaños y materiales, aunque son mejores los que no dejan pasar la luz.

Recuerda hacer un buen agujero en el fondo de cada uno.


Tuppers

★★★ Otra opción muy duradera para semilleros colectivos ―plantas que resisten bien el trasplante a raíz desnuda: cebollas, puerros, coles.

Tienen la ventaja de se pueden manipular y ordenar muy bien, y como suelen tener tapa, se le puede poner hasta que las plantas germinen, así se conserva mejor la humedad y la temperatura del sustrato.

Los hay de muchos tamaños y formas, aunque los mejores son los cuadrados y rectangulares porque permiten aprovechar mejor el espacio.


Bandejas de cubitos

★★★★ A diferencia de las bandejas de semillero ―pensadas para uno o dos usos solamente―, las de cubitos son mucho más resistentes.

Además son bastante baratas y están disponibles en muchos medidas, forma, tamaño y número de huecos.

Para la mayoría de las hortalizas son ideales las de cubitos grandes ―como esta de la foto.

Suelen estar hechas de un plástico o silicona flexible, así que permiten sacar muy bien las plantas haciendo presión por abajo.

Si te gusta esta opción para tus semilleros caseros y no tienes ninguna bandeja de cubitos de hielo en casa, la puedes conseguir por mucho menos que un semillero comercial.




Moldes de silicona

★★★★ Muy similares a las bandejas de cubitos, pero en este caso suelen estar pensados para hacer bombones y otros alimentos.


Semilleros de madera

★★★★ La madera es un material que puede tallarse y unirse de muchas formas, así que con ella se pueden hacer tantos semilleros diferentes como alcance la imaginación.

Se puede hacer desde una caja de madera hecha con tablas y dividida ―o no― interiormente con otra serie de tablillas cruzadas para formar los alvéolos, hasta un semillero tallado o recortado.


Cilindros vaciados

Te voy a explicar como puedes hacer rápidamente un semillero de madera muy resistente y que solo necesita dos piezas de madera.

Necesitarás dos tablas de madera del ancho y largo que quieras que tenga el semillero. Las tablas pueden tener el mismo grosor, o una ser más delgada que la otra.


Proceso de fabricación

Marca el centro de los alvéolos. En la tabla más gruesa, marca con un lápiz el centro de los huecos del semillero.

Puedes distribuirlos como tú quieras, pero lo ideal es que estén a la misma distancia unos de otros.



Haz los agujeros. Puedes usar una broca de corona del diámetro que quieras que tengan los alvéolos o ―si no la tienes―, marcar los círculos con lápiz sobre la madera y recortarlos con una sierra de calar.

Cuando termines este paso, tendrás una tabla llena de agujeros. Perfecto!

Presta atención a tu seguridad, y si eres menor de edad, que te ayude un adulto.



Une ambas tablas. Ahora deberás poner la tabla agujereada sobre la otra ―que deberá tener las mismas dimensiones― y unir ambas con cola, tirafondos, clavos, etc.



Perfora los drenajes. Por último, haz un agujero en la base de cada alvéolo para que pueda salir el agua sobrante.


Semilleros de cemento

★★★★★ Muy duraderos ―si no se dejan caer al suelo― y muy estables.

Se comportan de forma similar a una maceta de terracota. Conservan bien la temperatura y retienen la humedad pero dejando que se vaya el exceso de agua.

Para hacer un semillero de este tipo hay que fabricar primero un molde en el cuál verter el cemento, barro o la masa que se prefiera.


Construcción del molde

Molde del semillero➽ Molde visto de perfil (imagen de arriba) y desde arriba (imagen de abajo)

Materiales

Para hacer un semillero igual al de la imagen, necesitarás:

1 tabla de 41.2x26.2 cm

2 tablas de 41.2x6 cm

2 tablas de 23x6 cm

28 cilindros de 4 cm de diámetro y 4 cm de alto.

Opcional: 28 cilindros de 1 cm de diámetro ―aproximadamente― y 2 cm de largo

Se puede hacer de fibra, cartón, plástico, metal, pero quizá sea más sencillo con madera, ya que se puede trabajar con menos esfuerzo y sin tener demasiados conocimientos técnicos.

Proceso

Como se puede ver en la foto, se trata de construir una caja, y dentro de esta ―en la base― colocar unos cilindros ―también sirven cuadrados― bien distribuidos y pegados.

Los cilindros más pequeños que se pueden ver sobre los grandes, son para que quede hecho el agujero de drenaje de cada alvéolo. Se pueden omitir y hacer luego los drenajes con un pequeño tubo.

Todas las superficies ―especialmente las de los cilindros― deben estar bien lisas para que no haya complicaciones a la hora de vaciar el molde.

Las distintas partes se pueden unir con cola, con tornillos o con clavos y deben quedar perfectamente verticales para que luego se pueda desmoldar la pieza fácilmente. Esto es especialmente importante con los cilindros.



Fabricación del semillero

Semillero una vez llenado➽ Forma final del semillero una vez extraído del molde.

Para ello necesitarás cemento y arena fina ―dos partes de arena por cada parte de cemento― o cualquier otro material que sirva para rellenar el molde y que luego aguante la humedad. Puede ser arcilla, cerámica, mortero, etc.


Haciendo la mezcla. En un cubo, pon 2 partes de arena por cada parte de cemento ―la cantidad depende de lo grande que hagas el molde―, y mezcla todo bien con una paleta, espátula o cuchara ―lo que tengas a mano.

Cuando esté bien mezclado, ve añadiendo agua poco a poco y continúa removiendo hasta que se forme una pasta espesa. Si te queda muy líquida añade un poco más de cemento y arena.


Engrasado. Unta con aceite el interior del molde para que luego se pueda despegar mejor el cemento.


Llenando el molde. Vierte la mezcla dentro del molde hasta llenarlo por completo, y dale unas cuantas sacudidas para que el cemento se asiente y llene todos los espacios por igual.

Es posible que después de las sacudidas necesites añadir un poco más de cemento. Eso es porque la mezcla no se había asentado bien en el molde.



Vaciado del molde. Entre media hora y una hora después de que hayas llenado el molde, notarás que el cemento ya tiene más solidez ―el brillo ha desaparecido― pero aún se hunde levemente si aprietas con el dedo.

Pon una sobre el molde un objeto plano y rígido que lo cubra ―una tabla, cristal, chapa, etc―, y dale la vuelta al molde como si fuera una tortilla de patata.

Ahora estará apoyado sobre la tapa y podrás sacar el molde tirando hacia arriba con cuidado, a la vez que le das unas pequeñas sacudidas que ayudarán a que se desprenda.

Si ves que ha habido algún desperfecto, puedes retocarlo con los restos de cemento que quedaron pegados en el molde, aunque si lo has engrasado bien no debería haber problema.

Por último, deja que se seque durante una semana al menos y pulveriza agua sobre él cada dos días si hace mucho calor y el ambiente es muy seco.


CALENDARIOS DE SIEMBRA

Ahora que ya tienes el semillero, no te olvides de comprobar aquí las fechas para las siembras.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.