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Riego

Tipos de riego

Hablamos sobre los tipos de riego que se pueden emplear en un huerto, ya sea convencional o maceto-huerto, explicamos cómo funcionan y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos
Publicado: (última modificación 27 Nov 2018) Por Foto del autor Sígueme - ♻ Apoya mi causa
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Los tipos de riego a emplear dependerán de las características del huerto y de la fuente de agua.

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Por ejemplo, en un macetohuerto los sistemas de riego disponibles serán limitados, mientras que un huerto en la tierra —o huerto convencional— se puede recurrir a muchos más tipos.

En este artículo vamos a ver los distintos tipos de riego y su idoneidad para cada tipo de huerto y fuente del agua. Lo vemos? Adelante...



Riego por inundación

Identificado también como riego mediante surcos, riego mediante acequia, riego a manta, etc.

Se trata de un tipo de riego superficial, es decir, en el que el agua penetra en el suelo desde arriba hacia abajo, y es el más clásico de todo ellos. Se viene utilizando desde el origen de la agricultura.

Para poderlo practicar, el suelo debe de ser llano —sin apenas pendiente— para que el agua no se escape ladera abajo. Además, es necesario realizar unos pequeños diques de contención en el borde del huerto para retener el agua y, frecuentemente, surcos elevados que permitan distribuir el agua entre las hileras de hortalizas, pero al mismo tiempo mantengan la zona del cuello de raíz alejada de la tierra encharcada.

Puesto que una gran cantidad de agua debe llegar hasta el huerto, es necesario que pase cerca un arrollo o que un canal o acequia traiga el agua desde la captación, que normalmente tiene lugar en un río no muy alejado.

Cuando el caudal de agua no es suficiente para llenar los surcos del huerto en poco tiempo, hay que recurrir a una pequeña represa o depósito grande de agua, más elevado que el huerto y que se puede construir con tierra, ladrillo, bloque, hormigón. El llenado se puede realizar aprovechando el agua de un manantial cercano o pequeño arroyo. Para regar solo resta retirar el tapón de la represa para que el agua salga y inunde el huerto.


Ventajas y desventajas del riego por inundación

Permite regar muy rápido y reducir la frecuencia de los riegos.

No se mojan las hojas, tallos y frutos de las plantas.

Se puede automatizar mediante una válvula que abra y cierre el paso del agua y un programador que controle el accionamiento de la válvula.

Desperdicia mucha agua, especialmente si el suelo es muy permeable.

La humedad del suelo no es constante, ya que alterna entre el encharcamiento y el suelo seco.

En suelos poco permeables puede dar lugar a problemas de asfixia radicular y pudriciones.

No es posible en huertos con cierta pendiente, a menos que se nivele el suelo.

Solo se puede practicar en huertos convencionales.


En general, el riego por inundación está desaconsejado a menos que no se disponga de otra opción. Es un tipo de riego muy poco eficiente.


Mediante regadera

A pequeña escala, el uso de la regadera es muy habitual en los huertos familiares, especialmente cuando las plantas son jóvenes y no se ha dispuesto otro sistema de riego o no se quiere comenzar a utilizar todavía.

Este tipo de riego no deja ser una variante del riego por inundación, ya que suele hacerse una pequeña depresión alrededor de la planta y se llena de agua con la regadera, ya sea en el suelo, en una maceta, jardinera, mesa de cultivo, etc.


Riego por aspersión

Consiste en lanzar agua en forma de lluvia sobre el huerto y, por tanto, también sobre las plantas.

Para lograrlo es necesario contar con una conducción de agua con cierta presión, tanta más cuanta mayor distancia se desee alcanzar con cada aspersor.

Además, se requiere de boquillas especiales para esta función —llamadas aspersores— que permiten lanzar el agua por el aire en forma de gotas de lluvia o un chorro más o menos grueso, según las preferencias del horticultor y tipo de aspersor.


Pros y contras del riego por aspersión

Es fácilmente automatizable mediante programador de riego.

Limpia el polvo de las hojas y frutos de las plantas, permitiendo que capten mejor la luz solar.

Se suelen crear zonas de solapamiento —que se riegan en exceso— entre los distintos aspersores y otras en las que cae menos agua.

Los aspersores suelen cubrir un área circular y, por tanto, es muy frecuente que los que se encuentren cerca de los bordes del huerto, lancen parte del agua fuera de este.

La energía de las gotas de agua golpeando el suelo provocan que este se vaya compactando poco a poco y se forme una costra superficial que limita la aireación y la infiltración del agua.

Al mojarse las plantas, se favorece la aparición de enfermedades, se dificulta la polinización y pueden aparecer pudriciones en aquellos frutos que acumulen agua.


Aunque menos derrochador de agua que el riego por inundación, este tipo de riego sigue siendo poco eficiente, puesto que una parte del agua caerá fuera de la superficie a regar y otra se escapará a la atmósfera en forma de pequeñas gotas y vapor.


Riego localizado

También se conoce como riego por goteo y una variante es el riego mediante cintas de exudación.

Consiste en instalar una serie de conductos con goteros —o también tubos permeables— que dejan escapar una pequeña cantidad de agua durante un cierto periodo de tiempo. El agua moja poco a poco la tierra cerca del pie de la planta, llegando hasta la zona profunda del suelo.


Ventajas e inconvenientes del riego localizado

Permite hacer un uso muy eficiente del agua de riego, gastando solo la estrictamente necesaria.

El suelo permanece siempre húmedo cerca de las raíces de las plantas pero sin llegar a encharcarse.

No se mojan las plantas por lo que se reduce el riesgo de que contraigan enfermedades.

No modifica la estructura del suelo —no lo apelmaza—, puesto que el agua llega sin energía y en muy pequeña cantidad.

No necesita agua presurizada, pudiendo funcionar con un depósito ligeramente elevado.

Es sencillo de instalar y de programar para que funcione de forma automática, si se desea.

Requiere un gasto de tiempo y dinero para los materiales y la instalación, aunque tampoco en exceso.

Los tubos son un poco molestos a la hora de trabajar en el huerto.


Esta es una de las mejores formas de regar un huerto, ya sea uno convencional en el suelo o en recipientes, especialmente si escasea el agua y queremos aprovechar hasta la última gota.


Este tipo de riego es ideal para combinar con el acolchado del suelo, una práctica muy recomendable que ofrece innumerables beneficios para el huerto.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.