Cuidados del castaño
El castaño es un árbol rústico, capaz de sobrevivir sin ayuda si se encuentra en un hábitat apropiado, pero delicado en determinadas condiciones, como el exceso de humedad ambiental, la sequía, el frío temprano o tardío, etc.

En el artículo sobre el cultivo del castaño hablamos de los múltiples beneficios que puede aportar este árbol, de sus principales características, de las condiciones ambientales que prefiere o necesita, de cómo plantarlo, de cuidados básicos, etc.
De entre todas esas cosas, las características y los requerimientos ambientales deben conocerse para entender mejor cómo cuidar adecuadamente este majestuoso frutal.
A continuación se describen los cuidados que consideramos más importantes para tener castaños sanos, fuertes y productivos, empezando por uno crucial.
Limpieza del suelo
Tanto si el castaño crece solo como si lo hace en un soto, y especialmente en este último caso, es importante mantener el suelo alrededor del árbol libre de vegetación, sobre todo zarzas, helechos, matorral, pero también es beneficioso eliminar la hierba.
Los beneficios de este cuidado son muchos. Quizás uno de los más importantes es la prevención en materia de incendios forestales, ya que las llamas avanzan con mucha más facilidad a través de una parcela con matorral en comparación con otra limpia. Si el suelo está desnudo, cubierto de hojas o hierba corta, las débiles llamas no afectarán al castaño salvo que sea muy joven.
Otro aspecto positivo tiene que ver con la competencia por el agua y los nutrientes. Si debajo del castaño no crece nada más, todos los nutrientes y el agua que contiene el suelo estarán completamente a su disposición, por lo que podrá desarrollarse con más vigor o alcanzar mejores producciones. En el caso de que se abone, esto es aún más importante, porque así no se estará perdiendo parte del tiempo, del trabajo y del dinero invertidos en esa labor.
Además de los anteriores, en algunas zonas puede ser necesario retirar toda la hojarasca del suelo para evitar la propagación de Mycosphaerella maculiformis, un hongo que ataca al castaño y que puede terminar con la vida del árbol.
Poda
Labor muy necesaria para maximizar los beneficios y minimizar los perjuicios a lo largo de la vida del árbol, pero antes de entrar en materia, conviene aclarar en qué momento del año se debe podar preferiblemente.

Época de poda
Como el castaño es muy sensible a la infección por chancro, las podas deben realizarse cuando el árbol tiene capacidad de cicatrizar las heridas rápidamente, pero también cuando el tiempo es más seco y frío, condiciones que reducen la transmisión de enfermedades.
Justo cuando el castaño comienza a despertar del letargo invernal, es el momento idóneo para realizar las podas, es decir, cuando la savia comienza a moverse pero antes de que se acumule en la copa, ya que entonces se estaría debilitando innecesariamente al árbol.
En ocasiones no basta con una única poda a finales del invierno o comienzos de la primavera, especialmente en árboles jóvenes que se están formando. En esos casos habrá que recurrir a la poda en verde, a realizar en algún momento de la primavera o el verano.
Poda de formación
Muy importante para obtener un árbol equilibrado y productivo, como ya se explicó en el artículo sobre la poda de formación.
Se puede hacer de dos maneras: en forma de vaso o en eje central.
En vaso
La más ventajosa cuándo el destino del árbol es exclusivamente la producción de castaña.
Para formarlo de esta manera, se despunta el joven castaño a una altura de unos 2 metros, obligándole a emitir ramas laterales vigorosas. De entre todas ellas, se eligen las tres mejor orientadas y se eliminan el resto. Aquellas menos inclinadas (no horizontales) y repartidas alrededor del tronco son las mejores.
En los años sucesivos se va guiando el crecimiento del árbol a través de esas tres ramas principales, tratando de conducirlas hacia el exterior de la copa y en un ángulo poco inclinado. Las ramas verticales o que crecen en el interior del vaso deben ser eliminadas cuanto antes para que no roben vigor a las demás.
En eje central
Este sistema es más apropiado en castaños para producción de madera, o madera/castaña, y consiste en dejar que el árbol crezca verticalmente y que las ramas laterales que parten del tronco vertical sean casi horizontales.
Para obtener fustes de calidad suele ser necesaria la poda de ramas laterales en sentido ascendente y antes de que alcancen diámetros importantes.
Los castaños formados en eje central solo producen frutos en la parte exterior de la copa, es decir, el las puntas de las ramas laterales.
Poda de fructificación
A realizar en árboles adultos, cuyo periodo de formación ya ha terminado.
Su principal objetivo es mantener una buena producción, en cantidad y calidad de la castaña.
Para ello se podan anualmente los chupones, y otros brotes vigorosos, que consumen muchos recursos pero que no son productivos, y cada 3 ó 4 años se eliminan ramas secas, enfermas, rotas, mal situadas o aquellas que crecen muy verticalmente.

Poda de limpieza
Los trabajos de poda sanitaria se pueden realizar justo antes de los de fructificación o producción, de manera que primero se eliminan las ramas secas, rotas o enfermas, siendo entonces más fácil (al despejar la copa) la poda de producción.
Esta es muy importante para evitar la propagación de enfermedades, tanto a lo largo de un mismo árbol como entre árboles diferentes.
En caso de que las ramas podadas estén enfermas de chancro, deberá procederse con mucho cuidado, evitando diseminar el patógeno, y llevando las ramas a otro lugar para ser quemadas. Las herramientas de poda deben ser desinfectadas después de cortar una rama infectada y antes de pasar a otro árbol.
Poda de renovación
A medida que la copa del castaño se va extendiendo, las ramas y las estructuras productivas se van volviendo más viejas. Esto hace que el vigor del árbol y su producción se reduzcan mucho.
La poda de renovación consiste en cortar todas o parte de las ramas principales para permitir que otras nuevas las sustituyan. Si se hace de una vez se conoce también con el nombre de desmochado.
En castaños injertados, la poda de renovación se realizar por encima del punto de injerto, para que el rebrote siga perteneciendo a la variedad, y no al patrón que se encuentra pode debajo.
Fertilización
Cuando el castaño se planta en suelo apropiado, rico en materia orgánica y fértil, el abonado no suele ser necesario una vez que el árbol es adulto. Las hojas, erizos y otros restos vegetales que caen cada año al suelo, al descomponerse constituyen una fuente de nutrientes estable.
Sin embargo, en el momento de realizar la plantación, y en los años siguientes, una fertilización equilibrada puede ser muy beneficiosa para favorecer un rápido crecimiento de la copa y una pronta entrada en producción.
Para ello pueden emplearse abonos líquidos o sólidos, y tanto orgánicos como minerales, pero teniendo en cuenta que deben ser equilibrados. En un equivalente de abono mineral, una formulación 15-15-15 (NPK) es adecuada.
El calcio es también muy importante para el castaño, y en suelos ácidos puede escasear. En ese caso se puede añadir cal agrícola u otra fuente natural de calcio, como por ejemplo las cenizas de madera.
Riego
Muy importante en árboles jóvenes, hasta que el sistema radicular logra desarrollarse lo suficiente como para obtener agua de forma estable.
En zonas secas o elevadas suele ser necesario regar los castaños, especialmente a partir de mediados del verano, cuando escaseará más el agua del suelo y cuando comienza la formación de los erizos, y posteriormente las castañas.